Se la conoce como la primera deportiva de calle de la firma de Hamamatsu, que revolucionó el mercado cuando se presentó hace más de 30 años. La vigente GSX-R 750 tiene esa mezcla perfecta de potencia y maniobrabilidad.
En el Salón de Colonia, Alemania, en 1984 fue el nacimiento del mundo “Gixxer”; ya que fue el momento en el que se presentó la Suzuki GSX-R 750, que más tarde llevó ese apodo (así como también sus asiduos usuarios). Aquel año es recordado también porque salió a la luz este modelo y la Yamaha FZ750 (de la cual ya hablamos en este artículo).
El día de la revolución
Esta máquina es considerada una de las primeras réplicas de motos de competición homologada para transitar por las calles. Pero no solamente hablando de su atrevido aspecto deportivo, sus prestaciones y detalles estaban pensando para rendir igual que su versión para circuito. Por si fuera poco, esta GSX-R inicial tenía un precio bastante accesible para el público.
El modelo 85, que fue el año en que comenzó a comercializarse, tenía varios aspectos que la hacían destacar. Si bien la potencia de su motor, 100cv, no era la mayor del mercado, si tenía una excelente relación con su peso, 176 kilos en seco. Convirtiéndose en la más liviana de su época, algo que la hacía de fácil manejabilidad. Además la refrigeración del propulsor era por aire/aceite, sistema que ayudaba a reducir el peso.
La evolución de una deportiva única
La Suzuki GSX-R 750, que llevaba el código de fábrica F, estaba inspirada en la GS1000P, que defendía los colores de la firma en las pistas. Si bien versión de circuito no paraba a la arrolladora Honda VFR Interceptor, la de calle se convirtió en un verdadero éxito que continuó siendo insignia de la casa de Hamamatsu. El mayor comprobante de esto es el último modelo de GSX-R 750, de 2016.
La primera tenía un motor tetracilíndrico de 747cc, 16 válvulas, con SACS (Suzuki Advanced Cooling System), refrigeración aire-aceite, cambio de seis velocidades, embrague hidráulico, carburadores Mikuni planos. El chasis era tipo perimetral de aluminio, las suspensiones eran multirregulables y llevaba frenos de disco (doble delante, único detrás). En la primera actualización, en 1986, cambiarían el tamaño del basculante (5mm más) para que pueda ser más manejable. En el 87 la horquilla sería la que crecería, además de agregar algunos detalles menores.
En 88 llegó la nueva generación, se rediseñaron las líneas de la moto y se equipó con un motor actualizado. Subieron tanto la potencia como el peso, serían ahora 112cv para 195 kilos. Las llantas se redujeron de 18 pulgadas a 17”, la horquilla era de 43mm, tenía pinzas de 4 pistones en la frenada y sistema de admisión de aire SCAI (Suzuki Condensed Air Intake). Al año siguiente se substituye el sistema de escape y más distancia entre ejes; luego tendría en el 90 otro cambio en la amortiguación delantera, un motor pero esta vez de carrera larga, carburadores distintos y amortiguador de dirección. Esta se consideraría la mejor versión, con 115cv y 193 kilos, además de las mejores prestaciones.
En la tercera generación, que empezó en el 92, se abandonó la refrigeración por agua, considerado por algunos como una pérdida de la distinción de la GSX-R 750. Al año siguiente perdió también los colores que la caracterizaban.
En la cuarta generación en un intento por volver a los orígenes, la Gixxer suma 130cv y un peso de 179kgrs, teniendo de nuevo un espíritu radical. Se basó en la RGV500 campeona de 500cc, que manejaba Kevin Schwantz (que se convirtió en fanático y defensor de la GSX-R 750).
En 1998 sumó inyección electrónica y 135cv a 12000 revoluciones. Ya en el 2000 se volvió más competitiva, rápida y moderna, actualizando también la inyección. Para el 2005 se presentó una versión 20 aniversario (al igual que se hizo en 2015 por los 30 años), ya siendo parte de la sexta generación.
Actualmente la Suzuki ya está en su novena generación, comenzada en 2011, que sigue manteniendo la relación peso-potencia. Este modelo es un ejemplo de cómo la firma de Hamamatsu nunca dejó de creer en las motos de 750, que para muchos son ideales. Superan el poder de una 600 y se dominan mejor que una 1000, teniendo el equilibrio que para tantos moteros es perfecto.
Mirá la historia de la Suzuki GSX-R 750 en los vídeos que hizo la marca cuando conmemoró los 30 años de este símbolo: