A principios de la década del 80 la firma bávara le mostró al mundo que el público necesitaba una motocicleta que acompañará al aventurero en cualquier terreno y situación. Así nació el concepto de la familia GS, que aún hoy le da satisfacciones a BMW.
Las fábricas japonesas brillaban en sus años dorados, dejando el renombre de las marcas europeas por el piso. Pero hacia finales de los 70, los alemanes comenzaron a entender en que cuerpo debían meter su poco prometedor motor bóxer, que terminó por ser una verdadera maravilla.
Los germanos comprendieron que los motociclistas necesitaban un modelo grande y fuerte, para hacerle frente a cualquier adversidad. Hacía falta una máquina funcional para terrenos difíciles, pero también para carretera, que tenga un porte potente. Es así que iniciaron con su concepto “Gelände/Straße” (off road y on road), abreviado como G/S, perdiendo luego la barra para ser sencillamente GS.
La BMW R 80 G/S
Hoy se conoce a ese modelo como la madre de la trail moderna, ya que con su nacimiento, en 1980, cambió el paradigma. Era una robusta moto, bastante más grande que sus competidoras, con un motor bicilíndrico del que algunos desconfiaban. Terminó por ser la enduro más dura fabricada en serie de la casa alemana, y elegida por muchos a nivel deportivo. De hecho ganó la máxima prueba del off-road, el Rally Paris-Dakar, dándole a BMW la satisfacción de quedar en la historia de tamaña competencia.
En las calles la R 80 G/S se comportaba de maravilla, siendo aprobada por la prensa especializada. Gracias a la postura de conducción que se conseguía con su diseño, sumado al ancho manillar, se aprovechar al máximo su potencial, dando facilidad en las curvas, y mayor maniobrabilidad.
Su corazón era un bicilíndrico bóxer, refrigerado por aire, “Airheads”, que con el paso de los años se convertiría en “Oilheads”, es decir, refrigerado por aceite. Aquellos primeros motores eran sencillos, pero sobre todo resistentes. Además de potentes, con una cilindrada de 797 cc, lograba 50 caballos de fuerza y una velocidad de 168 km/h. Estaba dentro del chasis basado en la R65, que se completaba con cardan en la transmisión trasera y monolever en la suspensión de atrás. También fue el primer modelo en equiparse con encendido electrónico.
El crecimiento de la gama
La R 80 G/S picó en punta en el mercado, como símbolo de libertad y aventura para los motociclistas. Para 1987 BMW le mostró al mundo la nueva actualización de la máquina, despidiéndose de la barra en el nombre, pero además sumando a la R 65 GS y a la famosa R 100 GS. Siendo esta última la mejor recibida por el público, y por el mundo deportivo.
Luego la familia se fue ampliando cada vez, una vez entrados en la década del 90. Con, por ejemplo, la F650 GS, que manejaba el mismo concepto. Más tarde las R 850 GS y R 1100 GS, que crecería a 1150 y 1200. Siendo una de la gama más importantes de la compañía germana.
Desde aquella moto de 1980 hasta las modernas GS de la actualidad, BMW contabiliza mucho más de 500.000 unidades vendidas en todo el mundo. Siendo la R 1200 GS lanzada en 2004 la más popular de toda la marca alemana.