Uno de los gigantes japoneses de las motocicletas comenzó su vida como una compañía dedicada a la industria naval. Los motores Kawasaki pasaron de surcar los mares a romper con la velocidad en la calles, gracias a las excelentes prestaciones de cada uno de los modelos de la marca.
El nacimiento de la firma
La historia empieza en 1878, cuando Shozo Kawasaki decide abrir el astillero Kawasaki Tsukiji, en tierras cedidas por el gobierno de Japón. En esos años el comerciante devenido en empresario, tenía una amistad con el ministro de finanzas nipón, porque ambos se habían criado en el mismo pueblo.
Shozo en su adolescencia vendía kimonos, algo que no le duró por muchos años, ya que en su juventud comenzó su camino en el área de la industria marítima. Llegó a crear su propio barco, que se hundió en el mar japonés y con él se hundieron también las finanzas de Kawasaki. Siguió metido en asuntos navales en diversas compañías hasta que consiguió abrir su propia empresa, la semilla del imperio económico que conocemos como Kawasaki Heavy Industries, Ltd.
El inicio del camino
La primera incursión en el mundo de las dos ruedas fue el 1949, cuando construyeron un motor para motocicletas. Para idearlo se basaron en sus experiencias en navíos y aeronaves, porque para ese momento Kawasaki ya había creado el primer motor a vapor de Japón y un modelo de avión que se utilizó en la Segunda Guerra Mundial. El giro hacía a la industria motera se lo debe justamente a ese momento histórico, porque una vez finalizada la guerra, la empresa decidió alejarse de todo lo que tenía que ver con armamentos (desde buques hasta aviones). Vale aclarar que para entonces la fábrica ya era huérfana de padre, Shozo falleció en 1912 sin imaginar en lo gigante que sería su criatura años después.
Fue en 1952 cuando se patentó el primer motor, después de tres años de investigación, se lo conoció como KE-1 o Kawasaki engine 1 (motor Kawasaki 1). Se sigue trabajando en la mejora de motores, hasta que en 1955 llegan al KB-5 y a la primera moto, Meihatsu 125-500, que salió al mercado con ese nombre por una filial de Kawasaki. Al año siguiente se comercializó la versión Deluxe, dos años después un motor más potente, el KB-5A, que fue el primero en llevar grabado el nombre de Kawasaki.
Ya en 1960 la firma asomaba como una potente creadora de motos de grandes prestaciones, supieron tener éxito con la 125 New Ace, las Pet y 125B7, así como también con la 125B8. Todas muy bien aceptadas por el público, por lo tanto se decidió a dar el gran salto y extenderse a Estados Unidos en 1965. Antes de lo esperado Kawasaki había logrado fama internacional. Uno de sus caballitos de batalla era la Kawasaki 650W1, la moto japonesa de mayor cilindrada, que luego tendría sus actualizaciones.
Los hitos de marca verde
Con el éxito bajo el brazo Kawasaki presenta la Z1, una cuatro cilindros que se comercializó en EEUU al principio de los 70, para cumplir con las exigencias del mercado del norte. Luego de eso empezó el segmento automotriz comenzó a utilizar cada vez más tecnología y a ser cada vez más competitivo. Conscientes de esto, los nipones empezaron con la producción de motor de cuatro tiempos, pero además a pensar nuevos modelos que los lleven al frente de la innovación.
En el 80 fabricaron su primer ejemplar de competición, la Kawasaki Z1100GP, con la que intentaría pelear contra Honda como la mejor marca nipona. En 1984 nace la primera moto que daría el puntapié de la familia Ninja, la Kawasaki Ninja GPZ900R. Este segmento es el más reconocido de la compañía y también es uno de los más famosos del mundo.
Por aquellos Kawasaki Z1000G Classic Fuel Injection llegó como una de las revoluciones más importantes de la industria. Presentándose como la primera moto a inyección de la historia del motociclismo. Poniendo a la marca en la vanguardia total del mundo motero.
La siguiente década también será próspera para Kawasaki, con el nacimiento de la ZZR1100, con la que lideró el mercado por un lustro. Se convirtió pronto en un insignia de la calidad de la fábrica, que no se contentaba solamente con incursionar en un solo tipo de motocicleta. Uno de las características de la marca de Tokio es que tienen todo estilo de motos y además siempre con las mejores prestaciones. En el 2000, lanzaron otro ejemplar que se consideró de lo mejor de la industria, la ZX-12R.
Kawasaki supo extenderse por el mundo, representando un estandarte de máxima calidad. Compitiendo siempre con Honda, que marcaba sus productos con la misma base, buscando la mayor excelencia posible. Hoy Kawasaki Heavy Industries se encuentra no sólo en Japón, sino también en EEUU, Filipinas, Indonesia y Tailandia.