El adiós a Nélida “Nelly” Iglesias, la madre de los motociclistas argentinos
Este miércoles se comunicó el fallecimiento de Nélida Iglesias, “la abuela motoquera”, o “la madre de todos los motociclistas”, como la conocían todos los motoviajeros argentinos.
El mundo de las dos ruedas de Argentina se viste de luto para despedir a una de las pioneras de las motos, Nélida “Nelly” Iglesias. No solamente fue una amante de las motocicletas y una fierrera de ley, estamos hablando de la primera mujer del país en conseguir la licencia de conducir profesional. Sin embargo, todos la recuerdan como la madre de los motociclistas argentinos, esa que iba a cuanto motoencuentro pudiese, que con su solidaridad andaba y desandaba las rutas.
Nelly nació en 1928, en Florida, provincia de Buenos Aires; apenas tenía 16 años y ya manejaba camiones, con su registro profesional. Pero el verdadero vuelco en su vida lo dio a los 57 años, cuando quedó viuda. Allí comenzó su recorrido en dos ruedas, con una Honda C90, y no paró más.
Porque fue a partir de ese momento en que Nelly se metió de lleno en el mundo de las motocicletas. Empezó a viajar por todo el país, haciendo más de 400.000 km; en su casa se lucían miles de recuerdos, y decenas de homenajes de diferentes ciudades. Es que Nélida dejaba su huella por donde iba, y se hacía amiga de cada motociclista con el que habla en los motoencuentros; se convirtió pronto en una verdadera estrella de las dos ruedas.
“En la moto vivís una sensación distinta, en un coche vas entre cuatro latas, como si fueras una sardina. En una moto te pueden pasar cualquier cosa, pero vivís de otra manera”.
Nélida “Nelly” Iglesias. 1928-2020.
Gustavo Chizzo Nápoli, cantante de La Renga, se inspiró en ella para escribir “Motoralmaisangre”, incluido en el álbum “La Esquina del Infinito”. Por supuesto, El Chizzo y Nelly pudieron conocerse, el músico hasta tuvo el placer de cantarle en vivo el tema, para el cumpleaños n°90 de Nélida.
También tiene una autobiografía autorizada “A mí me llaman la abuela Nelly”, escrita por Gonzalo Augusto Firpo. “Hice lo que se necesita en la vida. Planté un árbol, tuve una hija y no escribí un libro pero me escribieron uno”, dijo alguna vez esta longeva motociclista.
“Le tengo que agradecer toda mi vida y toda mi alegría al motociclismo”, contó en una entrevista a Infobae. Sin saber que en realidad los motociclistas (y en especial las mujeres) son quienes están agradecidos con ella, por ser una pionera femenina en un mundo de hombres, por mostrar su calidez y su solidaridad en cada motoencuentro.