En la historia de la industria de las motos siempre existieron las inspiraciones y modelos que se parecen mucho a otros (no hablamos de copias descaradas) por algunos detalles, ya sea diseño o mecánica. En el caso de la Marusho Magnum 500 podemos compararla con una BMW de los 60, sobre todo por su singular motor bóxer.
En mayo pasado la casa de subasta Iconic Auctioneers, del Reino Unido, realizó un gran evento de ventas, donde ofrecieron diferentes artículos, entre ellos algunas motos. Hubo una unidad que llamó la atención de varios especialistas, una Marusho Magnum 500 de 1964. A pesar de no lograr un nuevo dueño, ese ejemplar dio que hablar, tanto por su diseño como por la historia de la marca.
Marusho 1948 – 1967
Por supuesto que existieron más marcas japonesas además de los cuatro gigantes, Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki. Marusho Motor Company fue una fábrica fundada en 1948por Masashi Itō, un ingeniero que supo trabajar bajo el mando de Soichiro Honda en la década de 1930. La planta de esta marca se encontraba en Hamamatsu, siendo “vecinos” de Suzuki.
Marusho apostó por motocicletas de gama baja y media, en su mayoría de cilindradas entre los 150 y los 350 cc. Dentro de sus modelos había de todo, desde simples unidades con motor monocilíndrico, hasta otras con mecánica más compleja para la época, como las motos con motor bóxer o bicilíndricas en V longitudinal.
En 1964, la marca tuvo una fuerte crisis financiera y fue salvada nada menos que por Honda. Gracias a la casa del ala pudieron retomar la producción de ejemplares por un tiempo. Lamentablemente, el sueño de Itō terminó en 1967, cuando debió cerrar las puertas, aquejado por los problemas económicos.
Detalles de una moto que no encontró dueño
Subastada por Iconic Auctioneers, una de las pocas Marusho Magnum 500 intentó encontrar un nuevo hogar, aunque sin éxito; el modelo se intentó vender por unas 3.000 libras esterlinas pero finalmente nadie ofertó lo pedido. Este modelo de 1964 es prácticamente único, ya que se fabricaron solamente 160 unidades y no todas llegaron a la actualidad.
La Marusho Magnum 500 es increíblemente parecida a la BMW R50, sobre todo porque tiene un motor calcado. Se trata de un bóxer bicilíndrico 4T de 494 cc, con dos válvulas por cilindro, árbol de levas en el cárter, refrigeración por aire y transmisión por cardán; idéntico funcionamiento que el propulsor alemán.
Lo cierto es que tenía algunas pequeñas diferencias en su funcionamiento, lo que se traducía en mejores prestaciones. Según los datos, el motor de la Marusho Magnum 500 tenía una potencia de 36 cv a 7000 revoluciones, 10 cv más que su melliza alemana. Además, la japonesa alcanzaba una velocidad máxima de 128 km/h y tenía un peso en orden de marcha de 188 kilos.
Entre otros detalles, la Marusho Magnum 500 cuenta con llantas de radios de 18 pulgadas en ambos ejes; mientras que la suspensión delantera es una horquilla telescópica hidráulica (otra diferencia con BMW). Su estilo era el clásico de la época, con líneas limpias y pocos elementos; podría decirse que tenía cierto diseño de elegancia europea.
La Marusho Magnum 500 que se puso en venta estuvo las últimas dos décadas expuesta en diferentes museos, pasó de Japón a Gran Bretaña sin patentar, como una pieza de arte o de exhibición. Desde Iconic Auctioneers aseguraron que tienen todos los papeles, por lo que podría matricularse de ser necesario, pero habría que realizarle un buen mantenimiento antes de encenderla.