Alex no tenía mucho presupuesto, ni un taller mecánico donde trabajar en su propio custom. Entonces resolvió realizar la transformación de su motocicleta en un rincón del living de su departamento.
El ejemplar que se ve en las fotos puede gustar o no, con su extraña forma podría decirse que es más un Transformer que una moto, pero la razón de esta nota no es esa. Sin importar si esta creación es linda o fea, lo llamativo es el lugar donde se llevó a cabo la customización. Normalmente se hace en un taller, cosa que todo preparador tiene, pero en este caso, fue construida en el living de un departamento en Chicago.
La razón de la rareza
Alex es un verdadero apasionado de las dos ruedas, tanto así que hace un tiempo cambió su Rumania natal por una ciudad de Estados Unidos. Esta travesía tiene un porqué, y es el amor por las motos. Desde siempre había querido realizar un trabajo así, y entonces se fue para probar suerte en Norteamérica, donde esta pasión está más arraigada que en su país de origen.
En el comienzo Alex trabajó como ayudante de carpintero, lo que le permitió comprarse una máquina soldadora TIG, y luego armar una mesa para soldar, en un rincón del living. Al año siguiente empezó a comprar todas las herramientas necesarias para poder hacer su cometido.
Más adelante se compró una Buell Blast, de la marca que formaba parte de Harley-Davidson, para iniciar con su proyecto. En sus ratos libres fue construyendo su moto, poniendo música muy alta, para que nadie escuchara lo que estaba haciendo, y con las cortinas cerradas, para que no se viese. Varias de las piezas las encargó a Rumania, porque tenía nadie de confianza en quien confiar en EEUU; mientras que otras las compró.
Colocó una horquilla de Chassis Design Company, un amortiguador neumático, dejó el chasis original, pero con la parte trasera recortada. El basculante es de una Buell XB modificado, con un amortiguador heredado de una 1125S. En la frenada solamente quitó un disco delantero, a la vez que montó llantas de una H-D V-Rod.
Lo llamativo es el tanque de nafta, que tiene nada más que para 3.78 litros, para que haga juego con la extraña estética del ejemplar. Repetimos, te puede gustar o no su estilo tan radical y casi robótico, además de muy minimalista. Pero lo de Alex es todo un logro, sobre todo viendo en qué lugar hizo el trabajo, y el poco dinero con el que contaba.
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