La súper deportiva de los diapasones en este 2018 cumple su segunda década de vida. Radical, poderosa e indomable para muchos, desde su nacimiento la R1 es una insignia de Yamaha.
Eran tiempos de cambios en el Mundial de Superbikes, con fuertes motocicletas japonesas e italianas. Metiéndose de lleno en esa lucha por hacer una montura revolucionaria y victoriosa, la casa nipona lanzó en 1998 la Yamaha YZF-R1, que todos reconoceríamos con las últimas dos siglas.
Una perfecta combinación de potencia de motor con liviandad de peso, que también era difícil de controlar. Las claves del éxito serían su propulsor, el chasis con concepto novedoso, una tecnología de punta y una estética atractiva. La combinación que cualquiera querría en una deportiva de gran tamaño.
Un corazón de herencia, con esqueleto nuevo
En el interior de la R1 del 98 rugía un tetracilíndrico en línea de 998 cc, bautizado Génesis, con su tecnología EXUP. Su particularidad eran las 5 válvulas por cilindro y la válvula de escape colocada en la unión de los colectores, abriéndose o cerrándose según las revoluciones, las mismas comenzaron a usarse en la FZ750 de 1985. Si bien esta configuración se utilizaba dentro de la gama de Yamaha, este modelo fue el que mejor partido le sacó, que además terminaba por ser mucho más compacto comparado con los de sus competidores.
Pero no habría sido nada sin un cuadro para contenerlo, el chasis Deltabox, de doble viga perimetral. Se identificaba por la forma triangular, que gracias a su diseño permitía un basculante más largo, sin tener una amplia distancia entre ejes, lo que resultaba una mejor centralización de masas. Fue rápidamente tomado por los demás fabricantes por el concepto nuevo que presentaba.
El sorprendente desarrollo
La primera versión de la R1 presentaba 149 cv de potencia para 177 kilos, una relación que se mantuvo casi constante, dentro del mismo rango. En su última presentación la máquina marcó 200 cv para 199 kilos, que son el resultado de la tecnología de cada una de sus partes. Siendo en 2004 la primera moto de serie en conseguir una relación peso-potencia 1-1.
La evolución del modelo se debe al perfeccionamiento de sus componentes, como el cigüeñal Crossplane, que en 2009 mejoró la tracción tanto en bajas como en medias revoluciones. Sistema que fue heredado del funcionamiento de la MotoGP de Yamaha, que resultó ser la gran proveedora de tecnologías de la R1 del 2002 en adelante.
A medida que pasaron los años el modelo deportivo se perfeccionó mejorando suspensiones y frenos. Pero sobre todo sumando acelerador electrónico, control de admisión, mapas de motor, centralitas optimizadas, ABS y la unidad inercial IMU. Esta última conjunta todos los sistemas para el funcionamiento ideal de toda la tecnología de Yamaha YZF-R1.
[post_view]