Si tuviésemos que contar los proyectos sobre vehículos voladores no nos alcanzarían los dedos de las manos. Encima, cada tanto aparece uno nuevo que nos invita a imaginar cómo sería volar. Sonic SX, es exactamente eso, el sueño de una moto que vuela.
Primero que nada aclaramos que es solamente un proyecto. Todavía no hay ningún ejemplar que pueda probarse (o por lo menos que sea de público conocimiento). Sonic SX existe sobre el papel, como un boceto revolucionario. Quizá nunca pase a la realidad, porque seguramente más adelante veamos nuevos y más efectivos diseños.
El nacimiento de una idea
Sonic SX floreció en la mente de Charles Bombardier, nieto del fundador de Bombardier Inc, un gigante de la industria (producen desde aviones hasta cuatriciclos). Este canadiense se alejó de la compañía familiar para centrarse en llevar a cabo sus proyectos de movilidad, siempre pensando en el futuro.
Pero Charles no trabajó en solitario esta vez, lo acompañaron Frank Zapata y Aaron Hughes. Zapata es creador de Flyboard Air, una tabla que impulsada por turbinas de moto acuática logra surcar los aires. De hecho es a partir de ese proyecto que nace la idea de hacer una moto voladora.
Bombardier ya ha trabajado con motos acuáticas y con aviones; además ha sacado a la luz varios bocetos de vehículos para revolucionar la industria (algunos llevados a la realidad). No sería raro que en un par de años veamos a la Sonic SX haciendo pruebas, o quizá algún otro modelo mejor planeado.
¿Cómo es la moto voladora?
Como todo diseño, tiene sus especificaciones. La Sonic SX monta cuatro turbinas de moto de agua, dos adelante y dos atrás (donde usualmente van las ruedas). Obviamente estas son imprescindibles para poder volar. Por lógica deben ser direccionales, para que el aparato pueda moverse con total libertad por el aire, pero también para que pueda despegar y aterrizar.
Las turbinas cumplen la función de motor, por lo tanto en esta moto tendríamos ese lugar del medio vacío. En el boceto se aprovecha ese espacio para colocar más batería, con esto se sumarían también más horas de autonomía.
La Sonic SX luce verdaderamente como una deportiva, pero en este caso sería una que vuela. Aunque la veamos como un simple dibujo en un papel, pensar en poder manejarla es increíble. Imaginar que le ganamos al tráfico congestionado de la ciudad pasándole por encima, o más bien volando sobre él, se escucha como la mejor solución del mundo.
La contra que podríamos decir que tiene es aprender a conducirla. Si ya para algunos es algo complejo un auto o una moto, pensar que tendrías que saber despegar, aterrizar, mantenerte en el aire, esquivar objetos mientras volás… Sin dudas sería todo un desafío.
[post_view]