La icónica deportiva de Bolonia tiene sus orígenes en las 200 millas de Imola. Fue de allí a formar parte de la historia del motociclismo como una de las motos más deseadas.
Ducati llevó a la competencia de las 200 millas de Imola 8 motos, dos por cada uno de sus pilotos, Paul Smart, Bruno Spaggiari, Ermanno Giuliano y Alan Dunscombe. Dos de esas balas plateadas lograron cruzaron la meta para colocarse primera y segunda, delante de nada menos que Giacomo Agostini. Fueron Smar y Spaggiari quienes probaron las mieles de la victoria en aquella carrera de 1972. Un año fue presentada la Ducati 750SS, en el Salón de Milán. Para 1974 ya estaba en las vitrinas para que deslumbrar a los amantes de las dos ruedas. En el 77 lograría coronarse en las 200 Millas de Daytona, con Cook Neilson como piloto.
La versión de carrera
La pintura gris brillaba en la carrocería deportiva de los primeros ejemplares de la Supersport 750. En sus entrañas llevaba un motor diseñado por Fabio Taglioni que pasó a la historia. Pero la SS fue la sucesora de la 750GT, su un propulsor bicilíndrico en L, con carburadores Amal de 30mm, que en la Imola pasaron a ser de 40mm. Esta versión mejoraba ampliamente a la anterior, equipada con mejores piezas, con menor peso y mayor potencia, además de más velocidad máxima.
La GT tenía un peso en seco de 185 kilos, 50cv a 5250 revoluciones, y marcaba 200 km/h como máxima. La SS adelgazó a 163 kilos, creció a 83cv a 9000rpm de potencia, y besaba la cifra de 250km/h de velocidad. Los frenos constaban de dos discos de 280mm delante y uno de 229mm atrás.
La máquina homologada
Cuando se lanzó al mercado la Supersport 750 se convirtió en la primera en comercializarse con el motor bicilíndrico en L, dotado del sistema Desmodrómica. Se fabricaron solamente 200 unidades de toda la serie, además de 400 chasis y motores de recambio.
La estar inspirada en la ganadora de Imola, heredó los colores y el carácter indomable de su hermana con ADN de competición. Aunque, obviamente, tenía piezas agregadas para poder circular libremente por las calles, como las luces. El tamaño del tanque era menor y las suspensiones más convencionales. El motor mantenía los carburadores, con la misma bomba de gasolina. Pero las cifras de peso y potencia cambiaron, 187 kilos con 73cv a 9500rpm.
Icónica belleza de plata, la 750 SS es una joya muy apreciada por los coleccionistas. Al ser tan buscada y al mismo tiempo escasa de unidades, se calcula que una de ellas puede llegar a costar 80.000 euros en una subasta. Un precio no menor para una pura raza ganadora como es esta máquina.
[post_view]