La cifra en la Ciudad de Buenos Aires indica que el 27% de los motociclistas víctimas fatales en los accidentes viales superaba el límite permitido para manejar, que es 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre.
Según lo indica un informe del Observatorio Vial de la Ciudad, con datos obtenidos de muertes ocurridas entre 2015 y 2016. Así se estableció que el 27% de los conductores de motocicletas fallecidos tenía niveles de alcohol por encima de lo legal. Esta es la primera ocasión en que se realiza una medición de este tipo en Buenos Aires, teniendo como determinante la presencia la alcoholemia de los involucrados.
De leyes y consciencia
Como ya detallamos antes, el límite máximo de alcoholemia para los usuarios de motos es de 0,2 gramo de alcohol por litro de sangre, según lo expresa la Ley Nacional de Tránsito. Es menor aún que el nivel permitido para los automovilistas, que pueden llegar a los 0,5 gramos. La razón de esta leve diferencia es porque se cree que conducir una motocicleta conlleva más riesgo, por ende se necesita más precisión en el manejo, además del equipamiento necesario.
El informe refleja que de los 83 casos investigados, en 22 de esos incidentes los fallecidos habían consumido alcohol. Mientras que suman también a dos motociclistas más que dieron positivo en el control de alcoholemia, sobrevivieron a los accidentes y quedaron imputados en una causa judicial.
Fabián Pons, del Observatorio Vial Latinoamericano, avisa “con 0,3 de alcoholemia ya se pierde hasta un 10% de los reflejos y la capacidad de reacción. Por eso, 1,29 gramo por litro de promedio en los dosajes es una barbaridad. Las personas no se dan cuenta del peligro. Los argentinos son insensibles a los riesgos del alcohol en la conducción, les parece que si toman no pasa nada”.
Mientras que la jefa del programa global de lesiones de The George Institute for Global Health, del Reino Unido, Margie Peden, agregó sobre esta situación: “Los resultados requieren atención urgente. Hay una serie de buenas prácticas que la Ciudad puede implementar para reducir la incidencia del alcohol, como aumento de impuestos, límites a la publicidad, reducción de tiempo de apertura para la salida de alcohol y restricciones a la venta a menores”.
Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura de la Ciudad, asegura “El consumo de alcohol es una de las principales causas de siniestralidad fatal. Trabajamos reforzando controles en calle y realizando acciones de concientización, pero es clave la importancia del cambio de hábito. El alcohol y el volante nunca son compatibles”.
Cifras que acompañan y no ayudan
El estudio del Observatorio de Seguridad Vial también habla de un aumento de accidentes en este contexto los sábados y domingos. Además que el 66% de los conductores fallecidos (sumados los de autos y motos) eran en su mayoría hombres, de entre 15 y 34 años. Mientras que el sector con mayor porcentaje es la Comuna 8, que integran los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo.
Por supuesto, esto se debe también al aumento de motos en la ciudad. Según la Cámara de Fabricantes de Motovehículos las motocicletas patentadas crecieron en un 30% en Buenos Aires, con respecto al pasado. Así mismo se suma que hay un control de alcoholemia positivo cada dos horas, algo que reflejan las estadísticas oficiales. Lo que sorprende mucho más es que el promedio en esos test es de 1,29 gramo por litro de sangre, seis veces y media más del límite.
Los 173.000 controles de alcoholemia que se realizaron en lo que va del año, y las multas que se cobraron al dar positivo, no parecen suficientes para solucionar esta problemática. Donde faltan campañas de concientización, para que los usuarios vean el peligro que conlleva el consumo de alcohol antes de manejar.
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