A mediados de este año se estrenó en el mercado local una de las deportivas de media cilindrada más llamativas. Con toda la estirpe de la gama Ninja, la menor de las hermanas no defrauda.
Sin dudas la Kawasaki Ninja 400 muestra la mejor cara de la gama deportiva, con características heredadas de sus mayores. La menor de la familia se destaca por sus piezas, su tecnología y el radical estilo distintivo de la marca nipona. Se encuentra disponible en el mercado argentino con el diseño exclusivo KRT a precio de u$s10.900.
ADN Ninja en versión chica
En el interior de la Ninja 400 se encuentra el motor bicilíndrico en paralelo 4T, de 399 cc, con refrigeración líquida, sistema DOHC de 4 válvulas por cilindro. El propulsor entrega una potencia de 45 cv a 10.000 revoluciones, mientras que ubica su par máximo en 38 Nm a 8.000 rpm.
La parte ciclo se equipa con un chasis tipo multitubular de acero, el mismo que la Z400. Como suspensión delantera cuenta con una horquilla telescópica de 41 mm; mientras que en la trasera lleva sistema Uni-Trak con suspensión de gas y precarga ajustable. En la frenada tiene al frente un disco lobulado de 310 mm, pinza doble pistón, y detrás un disco lobulado de 220 mm.
Además la Ninja 400 incluye sistema de frenado ABS, inyección del motor y arranque eléctrico. Con el detalle más llamativo de la modernización del embrague, rediseñado para funcionar un 20% más suave, gracias al sistema anti-rebote. También suma con la iluminación full LED, para seguir dando toques modernos en la estética deportiva del ejemplar. Se combina con una instrumentación compuesta por pantalla partida y esfera analógica.