Falkor Yamaha XS 360, mejor que en la historia sin fin
Quizá los más jóvenes no recuerden la película “La historia sin fin”, pero quienes sí lo hagan, seguramente se acuerden del dragón que acompañaba al protagonista. En ese mismo personaje pensó el creador de esta moto para bautizarla “Falkor”.
A la Falkor Yamaha XS360 podríamos llamarla el dragón de dos ruedas, aunque ninguna de sus piezas tenga uno de estos mitológicos animales dibujado. Pero es que su nombre ya remite a uno, a nada menos que Falkor o Falcor, el personaje de La historia sin fin (que a muchos nos remitía a un perro, porque de verdad que tenía más cara de perro que de dragón…).
El creador de esta máquina, Charles Murillon de Panache Custom, explicó por qué lo bautizó de esa forma: “Tardé unos dos años desde el momento en que empecé a desatornillar las piezas hasta que el producto final estuvo listo. Tenía que esperar para poder pagar las piezas de calidad que quería”. Así fue como sus amigos comenzaron a bromear con el film de los 80, Neverending Story (o “La historia sin fin” como se conoce en Argentina) y del chiste pasó a ser realidad, quedando Falkor como denominación de la motocicleta.
Las piezas del dragón
La base utilizada es una Yamaha XS360, modelo 1977, que según Murillon “es bastante raro en Francia en comparación con el XS400”. Para el galo está maquina fue un “verdadero hallazgo de granero”, ya que la encontró literalmente en un granero, aunque aseguró que “estaba en perfectas condiciones para el proyecto”. Para comenzar a trabajar sobre la motocicleta, Charles explicó que hizo uso de los conocimientos que adquirió en Diamont Atelier, la casa alemana donde estuvo un año para aprender técnicas de personalización.
Para su creador “una de las características más distintivas de esta construcción son los paneles laterales de acero inoxidable”, que guardan de la vista la electrónica de la moto, provista por Motogadget. El cableado se realizó a medida, para que se conecte justo con los mandos en el manillar, firmado por Motone.
Además se actualizaron los componentes del sistema de frenos, dejando algunas piezas originales y sumando otras, un disco en el eje delantero de la máquina. Al igual que en el escape, donde se limpiaron cuidadosamente los colectores para dejarlos como nuevos. Mientras que se añadieron dos silenciadores ajustables ‘Snuff or Not’, “que se pueden encontrar en las motos Honda Enduro de la misma época”, según explicó Murillon.
El trabajo realizado en la Yamaha fue minucioso y perfeccionista, contando que fue realizado por alguien con poca experiencia en las personalizaciones. Por su parte, Charles muestra orgulloso a su Falkor, y determina “el juego de luces en los paneles es hermoso. Incluso la dirección del cepillado se tuvo en cuenta para devolver todas las líneas a la sección trasera. En un día soleado, junto con la pintura metálica que cobra vida, esos paneles laterales realmente te llaman la atención”.