Falleció Alan Kempster, el piloto que corría sin una mano y una pierna
El motociclista murió a los 56 años, no sin antes demostrar que los sueños no tienen límites. Se fue siendo un ejemplo de superación en las pistas y fuera de ellas.
El motociclista murió a los 56 años, no sin antes demostrar que los sueños no tienen límites. Se fue siendo un ejemplo de superación en las pistas y fuera de ellas.
Alan Kempster falleció ayer por la noche, en su casa, mientras dormía, según dio a conocer la noticia su hermano Robert; las causas todavía siguen siendo una incógnita. Este australiano de 56 años se hizo conocido en el mundo de las motos después de los años 90, al empezar a competir en carreras sin el brazo y la pierna derecha.
Antes y después
Alan fue siempre un amante de las dos ruedas, además de un buen piloto. Pero el destino quiso que en 1990 sufriese un accidente que le cambiaría la vida, aunque no por completo. Kempster iba con su motocicleta por la ruta, cuando un conductor ebrio lo embistió con un camión. Por ello sufrió la amputación del brazo y la pierna derechos.
Cualquiera pensaría que esto haría caer cualquier expectativa, pero no. Para Alan el mundo de las motos siguió siendo también su mundo. Y contra los pronósticos volvió a subirse a las deportivas, para correr en las pistas, contando ya con 48 años. Decía: “Todo es posible si pones tu mente y todo tu esfuerzo en ello.”
Sobre el asfalto
Claro que a Alan siempre le sobraba el buen humor, solía hacer comentarios graciosos sobre su situación. Como al momento de sacar su licencia para competir, cuando un agente le preguntó qué pasaría si se caí y se quebraba, él le contestó: “Tengo un 50% de probabilidades menos de romperme un brazo o una pierna”.
Además otra de sus particularidades a la hora de correr es que participaba con un curioso dorsal, llevaba como número “1/2”, aduciendo ser “medio piloto”, cuando en realidad era uno entero, y con mucho más coraje que otros.
Por supuesto que su compañera en las pistas estaba completamente adaptada para su pilotaje. Tenía todo sobre el lado izquierdo, el acelerador, el embrague, el freno y la maneta de cambio de marchas. Con ello Alan pudo correr como antes de su accidente, logrando ponerse rueda a rueda con otros motociclistas que no tenían su dificultad física.
Queremos recodar a Alan Kempster como lo que fue, un verdadero ejemplo de que no hay limitación alguna. Poco importan los reveses, cuando uno sigue un objetivo, con perseverancia lo logra.
Para homenajearlo les dejamos Left Side Story (La Historia del Lado Izquierdo), un documental sobre su vida: