La casa de Akashi está empecinada en demostrar que su nuevo modelo retrosport es ideal para realizar personalizaciones. Esta vez es el turno de mostrar tres máquinas de tres taller distintos japoneses que pusieron sus manos a la obra e idearon unas máquinas con mucho estilo.
La casa de Akashi está empecinada en demostrar que su nuevo modelo retrosport es ideal para realizar personalizaciones. Esta vez es el turno de mostrar tres máquinas de tres talleres japoneses que pusieron sus manos a la obra e idearon unas motos con mucho estilo.
La versión de Doremi Collection
Los preparadores de la cuidad niponade Kurashiki quisieron sacarle el costado más sport a la Z900RS. De esta forma se inspiraron en las motos que competían en la década del 70 en el AMA. La razón es que en Doremi Collection son expertos en restaurar ejemplares antiguos, teniendo una cierta debilidad por las Z1 y las Zephyr. Como buenos restauradores, también terminaron por resaltar el lado retro de la bellísima Kawasaki.
El motor y el chasis se respetaron de la original, pero los demás elementos de la parte mecánica fueron reemplazados por otros elegidos o hechos especialmente para la customización. Los discos de frenos pasaron a ser firma Sunset, calzados en las llantas de magnesio de 18 pulgadas. Las suspensiones corren por cuenta de Hyper Pro y son completamente regulables. Tanto la tija, los tirantes del motor y las estriberas fueron fabricadas en aluminio para ser colocadas en la máquina.
La preparación cuenta con el colín, estilo cola de pato, heredado de una Z2, y traen consigo un asiento producido específicamente. El faro delantero es de una Z1, y las intermitentes de una Z2, pero actualización con luces LED. En la parte trasera se luce el escape artesanal, con la firma de Take San, que recuerda al de la Z1, por la cuádruple salida. Para finalizar se completa con la pintura verde típico de Kawa que le da el toque final al ejemplar.
La versión de Bito R&D
La casa de Bito R&D es conocida en el mundo de las competiciones internaciones por haber trabajado en el Campeonato AMA de Superbike, y más tarde colaborando con Suzuki y Kawasaki en el Mundial de Motociclismo. Con esta trayectoria perfeccionaron el modelo base, llevándolo al límite de prestaciones, tanto a nivel estético como mecánico.
Las llantas fueron substituidas por unas JB-Power Magtan de magnesio, de 18 pulgadas, que resultan tener la mitad del peso de las originales. Los discos de freno que montan son de hierro fundido, siendo de 320mm adelante y 250mm atrás. Están mordidos por pinzas Brembo en aluminio mecanizado, detrás de dos pistones y delante con seis pistones. Los soportes del faro, las estriberas, la tija y los tirantes del motor también están hechos en aluminio. Mientras que el escape se vuelve protagonista, fabricado en titanio por Jo Bito, es con salida de 4 en 1.
La versión de Moto Corse
La última de las preparaciones niponas fue customizado por la reconocida Moto Corse, que suele trabajar con Bimota, Vyrus, Ducati y MV Agusta. En esta ocasión, la cabeza de la casa, Shin Kondo, se inspiró en una de las motos de su juventud, la Kawasaki Z2 que tanto le quitaba el sueño. Aunque el realizador piensa que todavía le queda modificar el corazón de la Z900RS.
Lo más notorio de la máquina es la elegancia que logra con la combinación de colores, con el negro como predominante y varios elementos en mate, cromado o brillante. El chasis y el basculante resaltan en la terminación por el titanio dorado, como así algunos detalles en el nuevo caño de escape 4-2-1.
En cambio otra parte de la moto es de fibra carbono, anotando en este apartado el manillar, las llantas, los tirantes del motor, el faro, y varios puntos más. Mientras que las suspensiones Öhlins lucen en dorado, y los frenos están doblemente firmados, por un lado discos de Alth, y por otro pinzas Brembo.