Un joven jujeño creó una moto-ambulancia para poder llevar mascotas
Cansado de que la movilidad de los animales sea un problema, un joven argentino creó y construyó la primera moto ambulancia para mascotas de nuestro país.
El nombre de Sebastián Farfor comenzó a sonar fuerte en el norte de Argentina, y no es para menos. Este joven jujeño, radicado en la provincia de Salta, fabricó artesanalmente la primera ambulancia de dos ruedas especial para mascotas.
Sebastián es un mascotero de ley, como se puede ver en su perfil de Facebook, y ante la falta de vehículos para transportar animales heridos o enfermos, decidió crear uno. Según afirmó a medios locales de Jujuy: “me cansé de llamar remises y pedirles por favor que acepten llevar animales a la veterinaria y que la mayoría me diga que no”.
Lo cierto es que no realizó modificaciones en una motocicleta, si no que construyó un carro para anexarlo a la misma. El diseño costa de un pequeño carro, con dos ruedas, que se une a la moto. Tiene también un sistema de ventilación, para que los animales estén cómodos durante el trayecto y no se sofoquen. Así como está equipada con un elemento imprescindible para una ambulancia, una luz con bocina en el techo, que sirve para alertar a los demás vehículos. La misma solamente funciona cuando se va en busca de la mascota, y no cuando ya está dentro del compartimento, ya que el sonido podría estresarlo.
Este carro, fue ideado sin modificar la moto principalmente porque Sebastián quiere que se repita en más lugares, y de esta forma sería más sencillo, ya que puede unirse a cualquier máquina de dos ruedas. Su objetivo más importante es poder salvar a la mayor cantidad de mascotas, por ello se anima a decir: “Queremos ayudar a que se replique en todas las ciudades y pueblos de nuestro país”.
En el perfil de Facebook de Farfor, se pueden ver diversas fotos del carro, así como vídeos que lo muestran en plena acción. Allí mismo, el joven invita públicamente a todo aquel que quiera sumarse, para fabricar más moto ambulancia para mascotas. El primer escalón de este “invento argentino” es pasar de Salta, donde su dueño lo usa actualmente, a Jujuy, el lugar de origen de Sebastián.