En abril de 2018 te contamos el comienzo de esta historia: un joven motociclista que quería concientizar sobre los problemas de salud mental en hombres; para ello se unió a la Movember Fundation, recaudando fondos a lo largo de su viaje. En ese momento Henry Crew tenía 22 años, ahora con un año más logró su cometido, y además se convirtió en el más joven en dar la vuelta al mundo.
90.000 km y 35 países
Uno de los objetivos de la travesía era entrar en el Libro Guinness de los Récords, como el hombre más joven en rodear el globo, el otro era un fin más noble y solidario. Este británico a los mandos de su Ducati Scrambler ‘Desert Sled’ consiguió cumplir con ambos.
El récord de juventud estaba antes en manos de Kane Avellano, quien finalizó su viaje con 23 años y unos meses más que Henry. Pero no solamente eso, si no que recorrió prácticamente la mitad de kilómetros, ya que Avellano transitó por 50.000 km a lo largo del mundo, y Crew llegó a los 90.000 km.
Este solidario joven británico salió desde Londres, viajó por Europa hasta llegar a Rusia, luego pasó por Kazajstán, Azerbaiyán, Irán, Pakistán, India, Myanmar, Tailandia, Malasia, Singapur y Australia. Tomó un vuelo hacia Sudamérica, rodar por Chile, Perú, Ecuador, Colombia; llegó a Centroamérica transitando por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, Belice, El Salvador, hasta pasar a México. Cruzó Estados Unidos, Los Ángeles hasta Nueva York. Tomó otro avión hasta Marruecos, y, previo paso por España, regresó el 19 de abril a la capital de Inglaterra.
En una charla con The Drive, Henry confirmó que tuvo un gasto aproximado de 27.000 euros entre la comida, el combustible y lugares donde dormir. Así como reconoció que sin la ayuda de la gente que se cruzó por el camino, su gastó habría sido mucho mayor. Pero además, Ducati le concedió la motocicleta, al igual que se hizo cargo del envió y transporte. Mientras que Rev’it le regaló todo el equipamiento de motociclista para el largo viaje.
Además del récord Guinness, Henry juntó miles de anécdotas a lo largo de su travesía. Como una pinchadura en medio de una ruta peruana, y la amabilidad de las personas que lo ayudaron a arreglar el inconveniente. O la noche que tuvo que pasar en una prisión de Irán, pero no porque haya cometido un delito, sino para protegerse de los terroristas. Todas esas historias y más, están resumidas en su cuenta personal de Instagram.