Este caso no es reciente, ya que data de octubre de 2016, cuando un hombre “a modo de protesta” por la retirada de una “ayuda económica”, realizó una peculiar protesta. No se le ocurrió mejor idea que prender fuego cuatro motocicletas que estaban estacionadas entre la Avenida de Navarra y en la calle Baratzategi, en la ciudad de San Sebastián, en País Vasco, España.
Por lo informado, este hombre percibía una ayuda económica por parte de la Diputación de Gipuzkoa (provincia a la que pertenece San Sebastián). Cuando le fue quitado este beneficio, actuó de la peor forma.
Según consta en el expediente judicial, el 4 de octubre de 2016, el hombre fue hacia una estación de servicio y compró combustible, que metió en una botella de agua vacía. Horas después, ya de madrugada, arrojó la nafta sobre cuatro motocicletas estacionadas en la calle y las prendió fuego. Fue detenido a las 4.15 horas, mientras circulaba “apresuradamente a bordo de una bicicleta”, como declararon, y le fueron incautados dos mecheros, así como una botella de agua todavía con algo de nafta adentro.
La resolución judicial dictaminó que el hombre actuó “con el incívico ánimo de destruir la propiedad ajena”. Pero además la sentencia del caso aclara que el procesado sufre de “trastorno mental grave que mermaba sus capacidades intelectivas y volitivas”. Fue condenado a un año y cuatro meses de prisión como autor del delito, además que tendrá que compensar económicamente a los propietarios de las motocicletas.
¿Se hizo justicia?