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Historias GDM

Recuperó una Zanella de 1960 para honrar a su pueblo

Favio Siveiro decidió comprar una maltrecha motocicleta, porque era un modelo muy utilizado en su pueblo, Santo Tomé. Así restauró la Zanella para rebautizarla como “Santotomeña”.

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Hace un mes se celebró el 156° aniversario de Santo Tomé, Corrientes, y una de las estrellas del desfile fue una motocicleta, una Zanella 125 de 1960, que recibe el nombre de Santotomeña. El dueño y restaurador de la máquina es Favio Siviero, un conocido vecino de la ciudad, quien ahora recorrerá diferentes provincias con su preciado ejemplar.

El comienzo de todo

Siviero explicó: “Esta idea surgió justamente a raíz de los videos históricos de Santo Tomé que vengo publicando en las redes sociales. Oportunamente una persona me informó que había una moto antigua guardada en un galpón del barrio Estación y que su propietario la quería vender. Al tomar conocimiento que esta moto estuvo radicada originalmente en esta ciudad desde el año 1960 lo adquirí, y documenté la entrega con material fílmico”.

La moto en cuestión es una Zanella de 125 cc, de dos tiempos, y caja de tres velocidades, que pronto cumplirá 60 años, Favio cuenta que la compró “para el día del padre y estaba bastante deteriorada, por lo que inmediatamente me puse en la tarea de restaurarla a su condición original. Hoy, después de haber estado guardada en un galpón por mucho tiempo está funcionando y pudo recorrer las calles de su pueblo de vuelta”. Según comenta es muy parecida a una máquina que la empresa importaba de Italia, “la mía es idéntica a la traída de Italia, pero con un motor un poco más grande”.

“Yo particularmente creo que las máquinas tienen personalidad, y quería restaurar esta moto porque fue siempre de acá”, contó el santotomeño. A lo que añadió que “en su momento me apuré en comprarla porque había otra persona interesada en adquirirla y llevarla a la provincia de Misiones, pero yo considero que es una motocicleta que nos pertenece a los santotomeños y mientras el presupuesto me permita lo voy a preservar en esta ciudad”. Aseguró que va a pelear para que la ciudad reconozca el modelo como propio, ya que “lo considero patrimonio cultural santotomeño”.

El trabajo hecho

“La persona que me vendió me contó que estuvo 30 años guardada en un galpón, que el dueño original la ocupó 10 años, y él hacía 18 que la había obtenido”, si bien el motor funcionaba, tenía pegado el embrague y no carecía de tanque de combustible.

“La desarmé por completo, y la arreglé totalmente yo, me costó muchas horas de trabajo, pero pude restaurarla rayos por rayos. He podido rescatar la instalación eléctrica original de seis volts y no utiliza baterías”, comentó Favio, que también aclaró: “Yo no soy mecánico, pero sí me gusta el trabajo manual, por eso hago este tipo de cosas”.

Contó que un vecino le regaló un tanque original, que lo tenía guardado en un galpón: “Fue una tarea de búsqueda e investigación que tuve que hacer. El tanque estaba guardado en un chapista, lo busqué, como tenía diferente color tuve que unificarlo. Y ahí me dije: repinto todo. Aproveché y pulí todo, ahí noté que tenía partes de bronce, en ese tiempo se acostumbraba usar bronce en las motos, cosa que ya no. Se consiguen todos los repuestos, incluso más baratos que una moto común”.

La motocicleta tuvo una repercusión increíble, en el pueblo y fuera de él: “Permanentemente me preguntan cosas sobre la moto. He participado recientemente en un encuentro de motos y tuve que rechazar ofertas por ella”. Además comentó que no tiene los papeles, por lo que se le dificulta trasladarla: “No me atrevo a moverla mucho porque tengo que recuperar los papeles, pero es fácil porque el dueño original era de la zona del (paraje) Naranjito y la ocupó unos diez años”.

Favio se muestra orgulloso de su preciada joya: “Estaba abandonada, dejada, ahora quedó un bebé. Tiene un lugar privilegiado en mi casa, para usarla algún fin de semana. Todavía me falta mejorarle algunas cosas de su funcionamiento para no tener que andar empujándola, para que arranque (risas). Fueron dos meses de muchas horas de trabajo, de muchas manos, de algo de dinero. Hay cosas que costaron conseguir, algunas partes. Conseguí mediante algunos talleres hasta ruedas originales. Hubo bastante colaboración, por suerte”.

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