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Terror en Cuba por motos eléctricas que explotan

En la isla de Centroamérica se registraron varias unidades de vehículos eléctricos que fallaron y explotaron dentro de las casas. Se volvió un misterio que aterroriza a los cubanos.

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Por la escasez de combustible, muchos en Cuba se volcaron hacia la movilidad eléctrica. Teniendo en cuenta también los beneficios de las dos ruedas, las motos eléctricas se hicieron furor, y se ven cada vez más en las calles de la isla. Pero no todo es color de rosa, según el sitio web ADN Cuba, se han registrado en los hospitales del país varios casos relacionados con explosiones de baterías de estos vehículos.

“Mi hijo sufrió quemaduras de segundo grado con peligro para la vida y aún permanece en el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez. Han tenido que realizarle tres injertos en el cuerpo. Mi esposa y yo también sufrimos y heridas. La moto se hizo cenizas”, contó Carlos Imbert. Este hombre, oriundo de Santa Fe, comentó que el hecho ocurrió el 2 de septiembre pasado, cuando la máquina se cargaba en el living de su casa. El modelo era importado de Panamá, y este cubano se lo compró de buena fe a un vendedor de motocicletas.

Un ciudadano de Los Pocitos, Marianao, llamado César Eriondo, cuenta también su caso: “La moto recibía carga en el portal y el niño jugaba cerca. Cuando escuché la explosión corrí y lo encontré en el piso, en medio de la humareda y las llamas. Pensé que lo había perdido. Gracias a Dios pudo sobrevivir. No me explico qué pasó. La policía está investigando. Son muchos casos, de otras provincias he escuchado casos”.

Además César comentó otra situación similar, que le pasó a una familia vecina: “Cuando llegaron a la casa no quedaba nada, porque también explotó la balita de gas, que es otra bomba. Salvaron nada más la ropa que llevaban puesta. El estado prometió ayudarlos, pero hasta el momento solamente le propusieron venderle un colchón y una cocina, que lo rechazaron por considerarlo una burla”.

En otro hospital, Claudia espera poder ver a su sobrino, que sufrió quemaduras por una explosión, y dice, con cierto enojo: “Creo que el estado debería prohibirlas. Por lo menos supervisar el estado técnico de la batería y su procedencia, después de tantos casos resulta  sospechoso que estallen así”.

“He oído de tres fallecidos. No sé si habrá más por ahí, pero sí tengo constancia de muchos lesionados, entre ellos mi sobrino y mi hermana, que ya salió del hospital pero todavía no camina. La policía nos ha prevenido de no divulgar la información, pues se está investigando. Preguntarles a los médicos es por gusto, ellos dicen que están para atender y curar. Pero eso ya es del dominio público. La gente habla, sobre todo en el hospital”, comentó la mujer a un sitio web cubano.

En la mayoría de los casos, los dañados son niños, que se encuentran cerca de los vehículos, mientras los mismos se están cargando. Como es el caso del hijo de Luisa, que se está internado, en estado crítico y con diagnóstico reservado. “Aquello se sintió como la bomba atómica”, contó entre la angustia de la situación.

Mientras tanto, nadie les da respuestas a los ciudadanos que han sufrido en carne propia estos “accidentes”. Se supone que los diferentes organismos gubernamentales cubanos están investigando la situación, dada la cantidad de explosiones ocurridas desde la llegada de las motocicletas eléctricas. Pero sin resoluciones, y ante el silencio, todo se envuelve en un halo de misterio. En tanto el número de perjudicados sigue creciendo.

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