Los preparadores del país vecino decidieron transformar una Kawasaki Ninja 250R en esta preciosa criatura estilo café racer. La mayoría de sus partes fueron diseñadas y construidas por ellos mismos.
Los preparadores del país vecino decidieron transformar una Kawasaki Ninja 250R en esta preciosa criatura estilo café racer. La mayoría de sus partes fueron diseñadas y construidas por ellos mismos.
Flavio Vanna y Fabio Mattioli son dos apasionados de las motos que conformar el taller Mr. Ride, con sede en Sao Paulo, Brasil. Se lanzaron a cambiar radicalmente una Ninja que terminó por llamar la atención de muchos. Es que no solamente luce como una verdadera belleza, además llevó mucho tiempo de trabajo a mano para terminarse.
La tarea en el taller
Primero los chicos de Mr. Ride tuvieron que decidir la moto que comenzarían a transformar. Ahí fue cuando se vieron frente a una Kawasaki Ninja 250R de 2011, dispuesta a ser su ejemplar a ser desmembrado para hacer la metamorfosis. Pero se encontraron con un problema, necesitaban partes que no tenían.
Complicaciones con las importaciones y el elevado costo de muchas de las partes que necesitaban, fueron el reto a pasar. Flavio y Fabio debieron realizar la difícil (pero seguro que entretenida) tarea de hacer los elementos necesarios con sus propias manos.
Fue así que manualmente hicieron casi la mayoría de los detalles que conforman a esta café racer. Los brasileños completaron la moto realizando el depósito, los guardabarros, el colín, los dorsales, la carcasa del velocímetro y los intermitentes. Debieron adaptar todas las piezas para que encajaran con el chasis, que fue lo más complejo del trabajo.
Las explicaciones de los creadores
Según las propias palabras de Vanna ellos son literalmente “dos locos”, porque están “tratando de hacer una diferencia en la escena de personalización en un país donde esta actividad es casi imposible”. Es que en Brasil (como en nuestro país) los impuestos hacen que las partes para colocarle a la moto sean bastante caras. Desde Mr. Ride dicen que la mayoría de los preparadores compran piezas chinas, pero ellos se decantaron por realizarlas artesanalmente “para construir una moto única”
Flavio fue quien decidió inspirarse en las antiguas Kawasaki, “el objetivo era convertir una deportiva moderna en una café racer vintage, tratando de recrear la moto que dio a luz a la Ninja en el pasado”. El logo viejo de Kawasaki es uno de los detalles que dan el look a la máquina, se puede ver en el depósito. También el colín fue hecho con el mismo propósito, combinando con un estilo elegante. Se resaltan así las líneas de hermosa creación, que termina por ser muy diferente de la original.