Algunos podrán decir que la marca del ala dorada llegó antes con la PCX 150, mediados de 2016, o que la firma rival entró tarde con la NM-X 155, mediados de 2017, entre otras cosas. Pero lo cierto es que ambas pelean por el mismo target, teniendo cada una sus pro y contra.
La Honda PCX 150
Comenzó con la que arribó primera a nuestro, este scooter que se ensambla en Argentina con piezas tailandesas. Está a la venta desde mediados del 2016, lleva motor monocilíndrico de 149 cc, con inyección electrónica y refrigeración líquida. Trajo una de las novedades del momento, el Smart Key (ahora mucho más “común”), además de sistema Start&Stop (se apaga y se enciende automáticamente una vez que se para y se vuelve andar).
Se presenta como una opción bastante cómoda para transitar por las calles de cualquier ciudad atestada de tránsito. Con un baúl grande, donde pueden entrar varios elementos (como el casco y muda de ropa). Se agrega que el asiento perfecto para viaje el conductor con el acompañante. Todo eso en un scooter que no sale mucho del diseño convencional, pero suma algo de modernidad con las luces LED con que está equipado.
El tablero de información tiene todo lo que el conductor debe saber sobre su dos ruedas, ni más ni menos. En el compartimiento hay un enchufe que puede servir para cargar el celular. Tocando un par de botones tenemos a nuestro alcance todo, desde el arranque hasta abrir el tanque y demás.
Quizá el precio del scooter de Honda sea algo elevado en comparación con otros del mercado, pero se puede decir a su favor que un modelo “Premium”. Se paga por el basto equipamiento que tiene máquina, que por supuesto son de calidad. Además el motor es de bajo consumo, y reacciona correctamente en las frenadas (aunque tenga tambor), gracias al sistema Combi Brake. Eso sí las suspensiones son algo cortas, por lo que hay manejarse con cuidado, para evitar golpes.
La Yamaha NM-X 155
Para hacerle la vida difícil a la PCX 150, llegó su competidora directa (aunque un poco tarde, vale la intención igual). Con un motor parecido a la Honda, con refrigeración líquida e inyección electrónica, pero que tiene los números de potencia y par un poco más elevados. Cuanta con equipamiento exclusivo, como su contrincante, agregando un plus de seguridad al conducir.
En cuanto a calidad de piezas también es similar, así como en la terminación de las líneas, que resultan prácticamente calcadas, por tener un diseño equivalente. Donde gana no es ahí, si no en la parte mecánica, con mejores suspensiones que dan mayor nivel. Por si eso fuese poco, suma frenos de discos en ambos ejes y sistema ABS para completar la confianza al manejar este scooter.
El asiento es lo suficientemente grande como para conductor y acompañante, siendo muy cómodo para quien conduce. El baúl es bastante amplio como para poner todo lo que se necesite durante el día en la ciudad. Trae un buen panel con la información que debe saber el usuario al manejar, agregando que avisa cuándo hay que hacer el service. Pero el tanque de combustible no tiene una capacidad para obtener una autonomía tan extensa como la Honda.
Al igual que su rival, tiene algunos puntos que mejorar y un precio algo caro en comparación con otros de la misma cilindrada. Aunque, repetimos, el equipamiento tecnológico y la comodidad que brindan ambas máquinas vale el costo a pagar, siendo ambas buenas opciones para el uso urbano.
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