Los vehículos eléctricos nacieron como una solución a los gases contaminantes que emite el transporte a combustión. Sin embargo, el ojo crítico siempre se colocó sobre las baterías de estos rodados, que no dejan de ser dañinas para el planeta. Ante este problema, también se crearon distintas plantas de reciclaje, sobre todo en el viejo continente, donde las leyes de protección ambiental intentan impedir la acumulación de este tipo de residuos.
Para cumplir con estas reglamentaciones de control de residuos, Zero Motorcycles, marca norteamericana, ha confiado en Reneos, una empresa que se dedica a gestionar el reciclaje de baterías para vehículos eléctricos. Esta planta recolecta todos los componentes de las unidades de la firma californiana, para tratarlos y que puedan ser utilizados por otros vehículos (inclusive ejemplares nuevos).
Zero se encuentra en muchos de los mercados del viejo continente, Benelux, Noruega, Finlandia, Suecia, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Austria y República Checa, entre otros. Por ello necesitaba de una empresa de gran escala para tratar sus productos desechados; Reneos tomará las baterías y demás para almacenarlas e iniciar el tratamiento para que sean reutilizados.
El proceso de la planta de reciclaje hará que las baterías tengan una mayor vida útil, siendo utilizadas en otros vehículos después de un procedimiento específico. Además se tomarán otras partes que serán reaprovechadas y reutilizadas, intentando minimizar el impacto de los residuos en el ambiente.
“Como fabricante de motocicletas exclusivamente eléctricas, debemos gestionar las baterías usadas de nuestros vehículos. Gracias a nuestra asociación con Reneos, ahora podemos recoger y reciclar estas baterías de una manera adecuada. Esta colaboración es un buen ejemplo de cómo nuestra industria puede ir más allá con una red europea”, mencionó Danny van der Horst, mánager de posventa y logística de Zero Motorcycles Europa.