DKW era una de las marcas más reconocidas en la Alemania de la pre-guerra, vendiendo tanto autos como motos; estas últimas caracterizadas por la simpleza de su estética y la excelente mecánica. Uno de los ejemplares que resaltaba por sobre los demás era la RT 125, que figuraba como una máquina completa, destacada por su diseño inteligente, que brindaba un óptimo rendimiento.
El modelo se equipaba con un motor de 123cc, monocilíndrico (inclinado), de dos tiempos, refrigerado por aire; con caja de tres cambios. Alcanzaba una potencia de 5,6 cv, y una velocidad de 73 km/h, para los 48kilos de peso de la máquina; además tenía un bajo consumo de combustible. Con el paso de los años sufriría alguna modificación, para mejorar el funcionamiento.
Marcada por la guerra
Pero la historia de este modelo tiene su verdadero quiebre después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se obliga al país germano a “pagar por el daño”. Uno de los resarcimientos que tomaron los “ganadores”, fueron los diseños industriales alemanes, entre ellos los planos de esta dos ruedas.
Así se volvió una de las motocicletas más imitadas de la historia, de forma legal, ya que su diseño quedó libre de patente. Se cuentan por lo menos ocho fábricas en seis países diferentes, entre los modelos más reconocidos están la BSA Bantam y la Harley-Davidson Hummer, ambas famosas dentro las respectivas marcas. También se suma al listado el primer ejemplar de Yamaha, la YA-1, que fue “inspirada” en la pequeña de DKW.
Después del conflicto bélico, su producción comenzó en Alemania del Este, bajo la firma IFA, para luego pasar a MZ, quienes la realizaron hasta los años 90. La fábrica original retomó la elaboración del modelo después de conseguir un ejemplar, desmontar y realizar los planos desde cero; la fabricaron hasta 1957.
La preferida
Por su rendimiento y bajo consumo fue el modelo utilizado por el ejército alemán, todavía antes de la guerra. Luego sería el público en general quienes la elegirían por la escasez de recursos que impedían abastecerse del combustible suficiente, siendo la RT 125 una de las mejores opciones.
En la década del 60 las DKW comenzarían a popularizarse en nuestro país, tanto este modelo como la 150. Ya que Ernesto Bessone se hizo con la licencia para producirla y distribuirla en Argentina, además de en toda América Latina. Más pronto que tarde los ejemplares inundaron nuestras calles, convirtiéndola en una de las motos más famosas.