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Kenzo: nunca pensarías que fue una Honda Goldwing

Una casa de customizadores de Londres decidió crear una motocicleta en homenaje a un corredor japonés. Tomaron una Goldwing del 77 y la dejaron completamente irreconocible

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“Nuestra máquina más radical hasta la fecha, combina la artesanía metálica tradicional con materiales compuestos, impresión 3D, CNC, grabado de precisión, iluminación holográfica y un exquisito trabajo en cuero”, así resume la casa Death machine of London (DMOL) a Kenzo, su creación más reciente, hecha a partir de una Honda Goldwing de 1977.

Aunque en realidad fue construida en base a una custom que se había preparado para un concurso, pero que luego volvió al taller, ya que no estaban completamente satisfechos con el trabajo realizado. “Inicialmente la construimos en un período de tiempo demasiado corto, para el Bike Shed Show en 2018. La máquina, aunque interesante, desafortunadamente fue bastante inútil, y como dijo William Morris (y más tarde Tony Wilson), ‘Nada inútil puede ser realmente hermoso’. Debido a eso, regresó al taller de DMOL para ser reconstruida desde cero”, explicaron los creadores.

En su nombre

La moto base no es lo único que tiene de japonesa esta creación, por supuesto, su denominación también es de ese origen. La máquina es un homenaje al primer piloto de motos de nivel internacional que tuvo Japón, Kenzo Tada. Este motociclista, nacido en 1889 fue también el primer asiático en correr el TT de la Isla de Man, así como también uno de los mayores promotores de competiciones motor en el país del sol naciente.

Por supuesto, tiene muchos detalles inspirados en la cultura japonesa, como una Katana (espada tradicional japonesa), en el frente que cruza la óptica. Pero sin dudas uno de los toques más llamativo es el velocímetro, realizado artesanalmente por un joyero japonés del siglo XVIII, dentro lleva un dragón, rodeado por una red de níquel grabada con precisión. Según sus creadores refleja el espíritu de Kenzo (la máquina, no el piloto). Justamente también tiene grabada en varias partes el nombre de la motocicleta con kanjis (el sistema más complejo de la escritura japonesa).

Modificaciones a la estructura

Prácticamente no queda nada de la Goldwing del 77 en esta motocicleta, quizá el motor es una de las piezas que menos se ha tocado. Fue desmantelado para ser revisado en profundidad y se lo colocaron nuevos carburadores, pero no se modificó en demasía. Mientras que los demás elementos fueron sustituidos casi en su totalidad.

Su carrocería está compuesta por pliegues colocados de forma precisa, dando una sensación de filo en sus bordes. Lleva paneles de aluminio hechos a mano que simulan las armaduras samurái, y se mezcla con piezas fabricadas en 3D. Todas las luces son LED, y la pintura fue personalizada en titanio “samurái” con detalles en negro mate. El manillar fue envuelto como dicta la técnica tradicional Tsukamaki, utilizada en espaldas japonesas.

En la parte ciclo se modificó el chasis, para extender la distancia entre ejes y mantener la estabilidad de la moto. Se rediseñó el basculante, se sumaron las suspensiones Öhlins tanto en la delantera como en la trasera, y piezas Brembo en la frenada. Las llantas son de 18 pulgadas, y calzan neumáticos Avon 120/80/18 delanteros y neumáticos traseros 150/60/18 traseros.

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