Casi siempre el arte y las motocicletas se emparentan para realizar customizaciones, que terminan por ser verdaderas obras de museo a motor. Pero en esta oportunidad nos encontramos con algo totalmente diferente.
Casi siempre el arte y las motocicletas se emparentan para realizar customizaciones, que terminan por ser verdaderas obras de museo a motor. Pero en esta oportunidad nos encontramos con algo totalmente diferente.
En redes sociales descubrimos un vídeo en el que un artista pinta un cuadro usando un instrumento totalmente atípico, una moto. Claro que no es casualidad, Lorenzo Quinn, el protagonista en cuestión, es famoso por sus obras de arte, sobre todo por las esculturas que fabrica. Esta vez lo grabaron uniendo sus dos pasiones, la pintura y las dos ruedas.
El artista italiano quiso combinar ambas disciplinas, y por supuesto para ello dejó volar su creatividad. En las imágenes, grabadas y compiladas por Narfstudio, se puede ver como el motociclista prepara tanto el lienzo, como la pintura y la montura, para realizar un cuadro. Una vez dispuestos los elementos, con la tinta en el piso, acelera su KTM, una EXC 300 Six Days, que por supuesto está personalizada.
Su técnica consiste en rociar la pintura con el neumático trasero, coloreando un cuadro, que ya tenía un corazón grabado. Así finaliza una obra de arte con olor a nafta, y a pura revolución de motor.
Sobre el artista
Lorenzo Quinn es el hijo del famoso Anthony Quinn, de quien heredó su pasión por las motos. Desde los tres años que comparte el amor por las dos ruedas con su padre, y sobre todo es fan del enduro (de ahí su moto austríaca).
Además de escultor, supo ser piloto, competiendo brevemente en carreras casi amateurs, como Bassella Race, el EnduRoc y la X-Race. Ha sido sponsor de algunos pilotos españoles, ya que vive en Cataluña. Puso su firma en la máquina de quien considera su gran amigo, Joan Pedrero, y también a Xavi Léon, ambos corredores del Rally Dakar, certamen donde quiere participar en un futuro, ya sea en moto o en auto.