Scott Campbell, un tatuador que se inspira en moto
Scott Campbell es uno de los tatuadores más reconocidos del mundo. Tiene entre sus clientes a personajes como Sting, Orlando Bloom o Penélope Cruz y en su garaje una BMW que parece ser su cable a tierra.
Scott Campbell es uno de los tatuadores más reconocidos del mundo. Tiene entre sus clientes a personajes como Sting, Orlando Bloom o Penélope Cruz y en su garaje una BMW que parece ser su cable a tierra.
Tatuar es una de las profesiones más complicadas del mundo y no solo por el acto de dibujar sobre la piel, sino por tener que darle forma de dibujo a las historias que el cliente quiere plasmar para siempre. Campbell es reconocido por hacer las dos tareas a la perfección y generalmente encuentra su inspiración montando una BMW R MineT Scrambler por distintos rincones de Nueva York.
Scott desde pequeño tuvo la habilidad para dibujar y logró perfeccionarse hasta donde pocos han logrado hacerlo. Para dedicar su vida a este mundo tuvo que abandonar su carrera de bioquímica en Texas y perseguir su instinto. Su inquietud lo ha llevado a trabajar con otros materiales, además de la piel humana, entre los que se destacan los comics de Marvel y los neumáticos. Sí, neumáticos.
Por el 2011 fue elegido por la marca Pirelli para realizar un proyecto especial en conjunto para la inauguración de su nueva tienda de llantas ubicada en Milán, Italia.
Para este trabajo Campbell cambió las agujas por escultura en llantas. Uso una gubia y grabó diversas imágenes estilizadas como un ojo, un corazón y una calavera en la banda de rodaje de un neumático Diablo Rosso II que después fue colocada en una edición especial de una Ducati Diavel.
Los mismos diseños dibujados en la rueda llanta fueron plasmados en una campera Dianese junto con la imagen de Saint Christopher, el patrono de las motocicletas.
A la hora de tatuar, conversa con los clientes y siempre termina hablando de su moto. Reconoció que es una parte fundamental de su vida. “Tuve la primera con 11 años. Era mi llave hacia el mundo, porque era la primera vez que podía moverme más rápido de lo que me dejaban mis piernas. He estado metido en clubes moteros toda mi vida, y he tatuado emblemas a la gente. Cuando estoy sobre la moto, me gusta estar solo. Me sirve para pensar”.
Actualmente Scott está muy solicitado y para tatuarse con él hay que esperar unos dos años y abonar algo de 1000 dólares la hora.
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