Usualmente la serie K de la fábrica germana no es de las favoritas para personalizar, sobre todo cuando se trata de retrotraer en el tiempo el estilo de la máquina. Pero a los chicos de Impuls poco les importo que el motor de la K100 no fuese el perfecto para este tipo de creaciones. Sin embargo, la K101 luce magnífica, gracias al trabajo de los mecánicos Philipp Wulk y Matthias Pittner, y en especial del artista Fabian Gatermann.
La metamorfosis
El ejemplar original que sirvió de base fue una BMW K100 de 1985, aunque hay que aclarar que no queda casi nada de sus componentes. Lo que si conserva es el motor de cuatro cilindros casi horizontales, de refrigeración líquida. Con los cambios, el propulsor pasó a ser gran protagonista de las líneas de diseño del cuerpo.
Para hacer la transformación, trabajaron en conjunto en Múnich, los tres amigos fanáticos de las dos ruedas. El primero en poner manos a la obra fue el diseñador Gatermann, quien dibujó los bocetos (tanto preliminares como los 3D). Pero no fue de la manera convencional, según su propia explicación: “Primero volví a escanear la moto para sacar un modelo en 3D y calcular el número de polígonos de la malla. Luego volví a modificar la estructura y dibujé el boceto a partir de ella.”
Algunas piezas fueron creadas especialmente para ser colocadas en la máquina; tanto el tanque como el asiento los realizó Impuls, y los detalles del frontal llevan la firma de ABM. Otros fueron rediseñados, como la parte trasera, fabricada para seguir la línea estética. Mientras que varios elementos los donaron otros modelos, las llantas que luce son de una BMW R100R, el basculante es de una K1100, las pinzas son unas Brembo de una R1150 y una R1150 GS.
Fuente: Impuls.xyz // Designboom.com