Algo que nos encanta son las motocicletas custom bien hechas, y las fotos que ilustran esta nota dan cuenta que se trata de una de ellas. La Zeppelina V72 fue hecha casi en su totalidad artesanalmente por el taller del español Gsus, el Kacerwagen. Obviamente se inspiró en las máquinas de la década del 20, fabricó piezas únicas, y sumó un motor de los 80, pero que encajase con la estética.
Boardtracker y mucho arte
Gsus, la cabeza de Kacerwagen, explicó cuál fue su inspiración para hacer esta obra de dos ruedas. Como es notorio, se basó en las motos de carreras americanas de los años 20, tales como las Harley-Davidson, las Henderson o las Indian, aunque según dijo fue concretamente en las de esta última marca.
Así diseño los lineamientos básicos de la máquina estilo boardtrack, y optó por construir primero el chasis. El cuadro fue hecho artesanalmente con tubos de hierro y soldadura TIG, proceso que también utilizo para fabricar otros elementos de la motocicleta. Se crearon así el angosto depósito de combustible, la horquilla delantera y el manillar.
Siguiendo con su idea, Gsus eligió un motor que le pareció acorde, un bicilíndrico heredado de una Moto Morini Kanguro 350, modelo todoterreno ochentero. Por supuesto que el propulsor pasó por una transformación para lucir más antiguo y no desentonar con las demás piezas de esta obra de arte. Se le redondearon las culatas, los cilindros y las tapas de balancines, para reducirlas en tamaño. Mientras que las tapas del motor se suplantaron por unas de latón hechas a mano. Además se coloraron unas trompetas de latón en los carburadores, y unos respiradores de cobre, para terminar de dar el toque.
Sin embargo, para lograr el nivel deseado por el taller, a la motocicleta se le agregaron más elementos especiales. Se sumó un pequeño asiento con los clásicos muelles, con válvulas y muelles derivados de un coche, con un tapizado de piel craquelada que hasta luce viejo, firmado por Senen Leather Work. También se la equipó con una maneta de embrague, así como sistema de varillas en el freno delantero, ambos hechos por la casa.
En tanto que la llanta delantera pertenecía a una Yamaha Special y la trasera a la Moto Morini Kanguro de donde salió el motor; en ellas se calzaron dos neumáticos distintos un Avon Speed Master al frente y un Shinko E270 detrás. Por último, la gente de Kacerwagen llevó a pintar a la Zeppelina V72 para que quedase como una verdadera máquina de hace casi 100 años. Los encargados de la tarea (y la frutilla del postre), fueron los especialistas de Buba Custom Paint.