Si hablamos de fábricas alemanas, MZ es una de las marcas extintas de motos más famosas, y con una historia que no podríamos repasar en unas pocas líneas. De la mítica fábrica de Zschopau nacieron varios modelos de dos ruedas, uno de ellos fue la ETZ 250, un ejemplar que no era muy estético, pero si tenía una óptima mecánica.
Una de estas motocicletas quedó en manos de Martin Tzscheuschnerand (no vamos a repetir ese apellido), jefe del taller alemán Kraftrad Noeda. Llegó a su garaje casi de casualidad, y quedó en un rincón unos cuantos años; hasta que los personalizadores decidieron comenzar a trabajar con ella.
“Parecía imposible convertir la bicicleta en una cafe racer. La MZ es demasiado alta en la parte delantera y la distancia entre ejes es demasiado corta. La horquilla tampoco es fácil de ajustar porque la MZ ETZ 250 no tiene una abrazadera superior tradicional”, comentó el jefe del taller.
“Debido a la extensión del brazo oscilante, los amortiguadores originales eran demasiado cortos y no pudimos encontrar un reemplazo adecuado en ninguna parte”, explicó el customizador, que dio vida a nuevas suspensiones, completamente artesanales, en base a unos YSS. Además debieron extender el basculante unos 7 cm, para alargar la motocicleta; justamente esta pieza debió retocarse, porque al unir el conjunto, la máquina resultó demasiado baja.
El motor de 2 tiempos de la MZ fue revisado profundamente y se elevó su cubicaje a 300 cc, además se incluyeron nuevos filtros de aire de K&N. También se fabricó un nuevo sistema de escape, partiendo de una KTM, “después de probar un escape deportivo de recambio y uno de fabricación propia, creamos el diseño final utilizando fragmentos de una KTM 300 configurada. Estos se combinaron con un poco de acero inoxidable cortado con láser que laminamos y soldamos”.
Para completar la carrocería, los alemanes fueron mezclando varias piezas recuperadas de otras motocicletas. Por ejemplo, el tanque de combustible fue donado por una Yamaha XS500, y fue elegido porque encajaba con el tamaño, aunque debió ser modificado para resultar más funcional.
Mientras que el colín fue realizado íntegramente, se eliminaron las tapas laterales, se recortó el guardabarros delantero, y se hizo una cúpula de acero en el frente. Para completar Martin decidió pintar la motocicleta de un tono celeste parecido a las primeras MZ, haciendo honor a los inicios de la marca.
Fuente: returnofthecaferacers.com